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domingo, 28 de diciembre de 2014

Baja autoestima

Para aprender a salir de un estado de baja autoestima, empiezo por reconocer qué es ese estado tan espantoso y qué lo provoca. Una vez que comprenda eso, podré saber qué camino tomar.

Cuando...
  • no soy amable conmigo mism@
  • desprecio las cosas buenas que sí tengo
  • me siento incapaz e impotente
  • me dejo influir por los demás
  • culpo a los otros de mis propias debilidades
  • actúo a la defensiva
  • no me quiero
...todas esas son señales que indican que siento poco valor de mí mism@.
¿Reconozco algo en la siguiente lista?
  • “Creo que no valgo mayor cosa.”
  • “Ellos tienen la culpa....”
  • “Si las personas a mi alrededor fueran diferentes, mi vida sería diferente.”
Todos esos son pensamientos que restan en vez de sumar.
Todo eso proviene de pensamientos muy poderosos dentro de mí. Esos pensamientos generan creencias muy arraigadas, muy poderosas y claramente nefastas.
Esos pensamientos me quitan poder, me empequeñecen y me disminuyen.
Allí está la clave para comprender la razón de mi baja autoestima:

La dirección de esos pensamientos es destructiva

Veamos cada ejemplo por separado:
Sentir que no valgo nada es lo peor que puedo sentir en esta vida. Es descalificar la esencia de lo único que es verdaderamente mío: yo mism@. Si siento que no valgo nada, entonces nada de lo que soy, tengo o hago tiene ningún sentido.
Por desesperación, termino buscando al menos un culpable para desahogarme un poco. Pero la culpa nunca me llevará en una dirección positiva. No me ayuda, no me construye, no me señala una dirección de salida. Sólo me hunde y oscurece más el panorama de por sí nefasto.
Culpar a los demás es darles poder sobre mi vida: si ellos cambian, yo mejoro.
Mi bienestar – mi autoestima – ¿depende de lo que ellos hagan o no hagan?
En ese caso mi vida está en sus manos... ¡Qué horroroso sentir que no tengo control de lo que sucede con mi vida!

¿En manos de quién he puesto mi vida?

¿Quién está sentado en el asiento del conductor en mi vida?

Quiero decir que yo y solo yo – y así debe ser. Pero la verdad es que he permitido que se fueran acomodando dentro de mi mente las opiniones de muchas personas.
La opinión de alguien que en algún momento...
  • se burló de mí
  • me dijo que yo no podía hacer esto o aquello
  • me trató mal
  • se enojó conmigo
  • me atemorizó
  • me desaprobó
  • me advirtió que debo vivir así o seré castigad@
  • me aseguró que no valía nada
  • me quitó su amor por no obedecer
...y quién sabe cuántas cosas más.
Esas personas (que ahora están dentro de mi mente) son las que yo permito que tomen turnos en el asiento del conductor en mi vida.

Allí está la clave de mi baja autoestima

Sigo dándole la autoridad a esas vocecillas dentro de mí.
Mi sentimiento de minusvalía persiste porque sigo permitiéndole a esas vocecillas que gobiernen mi vida.
Sigo aceptando su opinión de que yo no valgo nada, de que no puedo tomar mis propias decisiones ni tengo la capacidad de elegir mis propios pensamientos.
Mi baja autoestima dejará de mortificarme cuando yo me siente en el asiento del conductor y elija la dirección de los pensamientos que quiero en mi mente.
Cuando yo asumo el control, tomo cada una de esas opiniones y la reviso. Si siento que me construye, me integra y me libera, entonces adopto esa opinión o ese pensamiento como mío.
Si por el contrario, esa opinión me destruye, me empequeñece y me hace sentir mal, la reformulo o sustituyo por otra que sí me construya.

Fabuloso, pero ¿cómo lo hago?

En las páginas siguientes podré explorar las opciones que tengo para dirigirme hacia una adecuada apreciación de mí mism@.
Encontraré mapas y herramientas para saber cómo salir de este laberinto.
Encontraré cursos, ejemplos y prácticas que me facilitarán moverme desde donde ahora estoy hacia donde quiero llegar.


Aprenderé más sobre este asunto de mi esencia que ahora me parece tan lejana, pero que en realidad está muy cerca, solamente esperando a que yo haga un poco de silencio para que pueda sentirla.

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